Otro ejemplo de diseño simple es Google. Sólo posee una pantalla blanca, la caja del buscador, el logo de la empresa, y nada más. Es uno de los buscadores más usados en el mundo. Su simplicidad y precisión en la busqueda nos atrae a todos. Creamoslo o no, lo simple está de moda. Y en eso, nuestro Señor Jesús también fue un creativo innovador al momento de predicar. Lo complejo lo hizo simple. En su tiempo, los fariseos habían creado una teología demasiado compleja y dificil (y aburrida) que casi nadie entendía. El conocimiento del amor de Dios lo habían convertido en un yugo demasiado dificil de soportar (Mt 23: 4). Jesús echó a un lado todo el paquete filosófico de los fariseos, y sintetizó cada principio de la Palabra de Dios en enseñanzas sencillas, practicas y de profundo significado.
En una ocasión, al ser interrogado sobre cuál era el principal mandamiento de la Ley, Jesús resumió toda la enseñanza del Antiguo Testamento en una simple frase dual: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente... y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu projimo como a ti mismo" (Mt 22: 34-40). En otra ocasión, se le preguntó acerca de quién sería nuestro projimo, a lo que el Señor cuenta la parabola del buen samaritano (Lc 10: 30-37). Luego de presentar el plan de salvación en dicha historia, desafía a sus oyentes con la frase: "Ve y haz tu lo mismo". Simple, directo. En esta sencilla exhortación el Señor dice mucho. Convertir lo complejo en simple, aún en lo religioso o teológico. Calvino dijo alguna vez: "La cualidad de un estudiante de teología es la profunda claridad y una adecuada brevedad (Comentario a Romanos, 1538). Tenemos mucho que hacer en nuestra alma mater en cuanto a compartir el evangelio con chicos de otras facultades. Ellos merecen recibir lo "complejo" de nuestra teología en palabras sencillas pero de profundo significado (la profundidad de lo simple?). Recordemos que a Dios muchas veces no le agrada la vana palabrería, abundante y vacía (Mt 6: 7), sino un corazón simple y piadoso que se humilla ante Él.
En una ocasión, al ser interrogado sobre cuál era el principal mandamiento de la Ley, Jesús resumió toda la enseñanza del Antiguo Testamento en una simple frase dual: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente... y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu projimo como a ti mismo" (Mt 22: 34-40). En otra ocasión, se le preguntó acerca de quién sería nuestro projimo, a lo que el Señor cuenta la parabola del buen samaritano (Lc 10: 30-37). Luego de presentar el plan de salvación en dicha historia, desafía a sus oyentes con la frase: "Ve y haz tu lo mismo". Simple, directo. En esta sencilla exhortación el Señor dice mucho. Convertir lo complejo en simple, aún en lo religioso o teológico. Calvino dijo alguna vez: "La cualidad de un estudiante de teología es la profunda claridad y una adecuada brevedad (Comentario a Romanos, 1538). Tenemos mucho que hacer en nuestra alma mater en cuanto a compartir el evangelio con chicos de otras facultades. Ellos merecen recibir lo "complejo" de nuestra teología en palabras sencillas pero de profundo significado (la profundidad de lo simple?). Recordemos que a Dios muchas veces no le agrada la vana palabrería, abundante y vacía (Mt 6: 7), sino un corazón simple y piadoso que se humilla ante Él.
Por eso, el consejo es: sé simple, sencillo y directo, y harás mucho. Ser simple no es lo mismo que ser ligero, o superficial. Lo simple puede encerrar elementos y significado profundo--la complejidad de la sencillez. Si tienes algo que decir, piensa antes de hacerlo, estudia bien tus ideas, y transmítelas de manera sencilla, sin jactancia. La sencillez, sobriedad y buen gusto son cualidades que Dios aprueba, en cada aspecto de nuestra existencia (2 Ti 4: 5). Te veo.
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