viernes, 8 de abril de 2011

de lo complejo a lo simple...

El mundo se está volviendo simple. Todo y todos. Sólo basta ver cómo los aparatos electronicos que poseemos se vuelven más sofisticados, y menos complejos. ¿Sofisticado y menos complejo a la vez? Sí. La tendencia en el diseño se enfoca a lo simple, lo práctico y lo funcional. Apple, por ejemplo. La empresa de la manzanita tiene enamorados (u obsesionados?) a sus clientes con productos de apariencia simple, ofreciendo eficiencia, rapidez y potencia. Es más facil enchufar una Mac que una PC comun; ésta tiene una enmarañada red de cables, entradas, switches, monitor, adaptador, etc. A una mac, sólo la enchufas, y listo (y no sufren los virus!!!). ¿Quien no quisiera tener un IPod o un IPhone?. La mayoría. Y dicho juguete no tiene botones, es monocromo y muy delgado, pero las aplicaciones y la interactividad que posee enloquece a muchos usuarios del preciado aparatito.

Otro ejemplo de diseño simple es Google. Sólo posee una pantalla blanca, la caja del buscador, el logo de la empresa, y nada más. Es uno de los buscadores más usados en el mundo. Su simplicidad y precisión en la busqueda nos atrae a todos. Creamoslo o no, lo simple está de moda. Y en eso, nuestro Señor Jesús también fue un creativo innovador al momento de predicar. Lo complejo lo hizo simple. En su tiempo, los fariseos habían creado una teología demasiado compleja y dificil (y aburrida) que casi nadie entendía. El conocimiento del amor de Dios lo habían convertido en un yugo demasiado dificil de soportar (Mt 23: 4). Jesús echó a un lado todo el paquete filosófico de los fariseos, y sintetizó cada principio de la Palabra de Dios en enseñanzas sencillas, practicas y de profundo significado.

En una ocasión, al ser interrogado sobre cuál era el principal mandamiento de la Ley, Jesús resumió toda la enseñanza del Antiguo Testamento en una simple frase dual: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente... y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu projimo como a ti mismo" (Mt 22: 34-40). En otra ocasión, se le preguntó acerca de quién sería nuestro projimo, a lo que el Señor cuenta la parabola del buen samaritano (Lc 10: 30-37). Luego de presentar el plan de salvación en dicha historia, desafía a sus oyentes con la frase: "Ve y haz tu lo mismo". Simple, directo. En esta sencilla exhortación el Señor dice mucho. Convertir lo complejo en simple, aún en lo religioso o teológico. Calvino dijo alguna vez: "La cualidad de un estudiante de teología es la profunda claridad y una adecuada brevedad (Comentario a Romanos, 1538). Tenemos mucho que hacer en nuestra alma mater en cuanto a compartir el evangelio con chicos de otras facultades. Ellos merecen recibir lo "complejo" de nuestra teología en palabras sencillas pero de profundo significado (la profundidad de lo simple?). Recordemos que a Dios muchas veces no le agrada la vana palabrería, abundante y vacía (Mt 6: 7), sino un corazón simple y piadoso que se humilla ante Él.

Por eso, el consejo es: sé simple, sencillo y directo, y harás mucho. Ser simple no es lo mismo que ser ligero, o superficial. Lo simple puede encerrar elementos y significado profundo--la complejidad de la sencillez. Si tienes algo que decir, piensa antes de hacerlo, estudia bien tus ideas, y transmítelas de manera sencilla, sin jactancia. La sencillez, sobriedad y buen gusto son cualidades que Dios aprueba, en cada aspecto de nuestra existencia (2 Ti 4: 5). Te veo.

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